jueves, 13 de febrero de 2014

Un cuento de piratas.

En la clase de 4 años hemos contado un cuento de piratas, ya que tienen ese proyecto en el material del cole.

Así que buscando por Internet encontré un cuento titulado El Pirata Alpargata, escrito por Rodrigo García.
Aqui os dejo el enlace por si  quereis leer el  original.
http://www.soncuentosinfantiles.com/elpirataalpargata.pdf

Lo modifique un poco, hice unos dibujos para hacerlo mas sencillo y disfrazada de pirata se lo conte en clase.

Aquí os dejo el cuento con todos los dibujos.


EL PIRATA ALPARGATA



Erase una vez un pirata llamado Alpargata que tenia un barco y una tripulación.Le llamaban así porque siempre llevaba alpargatas ya que tenia los pies llenos de callos y con otro calzado le dolían mucho.  Era muy despistado y siempre estaba perdiendo cosas.



Un día en una pelea que tuvieron con otro barco perdió una pierna y nunca mas volvió a encontrarla, por lo que se tuvo que poner una pata de palo como hacían los piratas cuando perdían una.





Hubo una tormenta muy fuerte un día de invierno, y como consecuencia de ello, se le mojó la alpargata. Por eso tuvo que ir descalzo,ya que la alpargata mojada se le estropeó.



Pero estaba muy incomodo y no le gustaba pisar por el barco así, ya que podía clavarse alguna astilla, o un cristal o piedras... así que decidió que necesitaba un calzado que no le hiciese daño en el pie.
Y cuando llegaron a puerto se fue a un zapatero para comprarse una alpargata.



Cuando entro en la zapatería le dijo al zapatero, que se llamaba Calimero:

                - Buenos días, Calimero. Necesito una alpargata para mi pie, que he perdido la que tenia.

                - Buenos días, Pirata Alpargata. Pues lo siento, pero no me quedan alpargatas. Pero tengo una chancla de playa que seguro que te va a quedar genial.


El capitán se probo la chancla, pero no le gustó mucho como le quedaba, y además el color no le pegaba nada con la ropa. Así que se la quitó.

                            - Bueno, bueno- dijo el zapatero Calimero, - también tengo una sandalia que me queda de una fiesta que sobró. Esta te hace juego con la hebilla del cinturón. Pruébatela. 


Pero esta sandalia tampoco le gustó al capitán Alpargata. Tenia un poco de tacón y le hacia caminar muy incomodo. Además le hacia daño en el pie.


              - ¡Ah, ya sé! - exclamó el zapatero- Precisamente me sobra una zapatilla de deporte de tu talla. Se la dejó aquí un jugador de baloncesto muy alto.


Esta zapatilla era muy cómoda, pero tenia un problema. Tenia que estar atándose los cordones muy a menudo y como era tan despistado, seguro que lo olvidaba y los pisaba sin querer....y se podía caer.

El zapatero ya estaba algo preocupado, pero aun así no perdió la esperanza.

                - Vale, vale. tengo la solución ideal. Me han traído el otro día un zapatito de cristal que olvidó no sé que princesa en un baile. Seguro que este te convence.


Pero cuando el capitán fue a ponerse el zapatito de cristal, se rompió en mil pedazos.

Desesperado, se fue de la zapateria, harto de no encontrar un zapato que le quedase bien.

Volvieron a la mar, y navegaron durante días. El capitán apenas se movía por miedo a volver a clavarse algo en el pie y estaba cada vez de peor humor.

Entonces llegaron a la isla de los Piesdescalzos. El capitán al oír el nombre, decidió bajar a la playa a conocer a quienes vivían en aquel lugar.

Nada mas poner los pies en la playa, se sintió encantado. Ya sabia porque se llamaban así, porque todos iban descalzos, ya que el suelo era tan suave y limpio que ninguno necesitaba ponerse zapatos.

Así que el capitán le regalo el barco a su segundo de a bordo y decidió quedarse a vivir con los Piesdescalzos para siempre.

Y COLORÍN, COLORADO, ESTE CUENTO SE HA TERMINADO.


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